Talento hay en cada paso y emprendedores con ideas frescas surgen todos los días, sea porque inician su vida profesional o porque han decidido dar un giro en su futuro. Lo sabemos. Por ello, hemos decidido hacer coincidir a todos en un mismo día y con un mismo propósito. De ahí el concepto Jueves de Ideas.
Búscanos desde ya en twitter @barrioweb, con ese hashtag #juevesdeideas.
Para abrir boca, hemos conjuntado a personas que por su iniciativa propia y por su trayectoria han conocido, probado y comprobado la utilidad de herramientas web, para que compartan su experiencia en un foro abierto y amigable.
El próximo jueves 9 de septiembre nos reuniremos en Oficinas Cómo –concepto innovador de espacio laboral para emprendedores— para platicar con cuatro especialistas:
Claudia Medellín Experta en relaciones públicas y comunicación, socia de Audacia Comunicación, agencia de relaciones públicas y estrategias online.
Su tema:
“Imagen y RP en la Web” Tendencias en herramientas Web para comunicar de forma efectiva y estratégica los mensajes clave y actividades de una empresa desde el inicio de sus operaciones.
Guillermo Pérezbolde Director de Marketing Interactivo en Mente Digital, board member del Social Media Club México y miembro del comité de marketing de AMIPCI.
Su tema:
“Marketing 2.0” Las PYMES se enfrentan todos los días a la complicada tarea de competir entre ellas y contra los grandes corporativos; basados en esto es complicado sobrevivir, así que las herramientas de Web 2.0 pueden ser la opción para ganar en la guerra por la productividad.
Martha Martin Núñez
Abogado especialista en Propiedad Intelectual de Arochi Marroquin & Lindner ( AM&L) y Miembro del Comité de Propiedad Intelectual de AmCham México y profesora del Modulo de IT de la ITAM.
Su tema:
“Importancia de los derechos de propiedad intelectual en la gestión empresarial” Actualmente uno de lo elementos claves para la competitividad empresarial es la innovación. Su protección a través de la PI se hace esencial para mantener la ventaja competitiva y permitir a los innovadores recuperar las inversiones realizadas. Todo esto desde un punto de vista práctico con objeto de que jóvenes emprendedores los tengan en cuenta a la hora de comenzar una aventura empresarial.
Federico Casas-Alatriste
Emprendedor y blogger. Funda su 1er empresa a los 23 y la vende a los 26. Desde entonces ha invertido y/o fundado 5 empresas más.
Su tema
“Herramientas para un negocio propio” Cuando un emprendedor se da a la tarea de crear una empresa, es raro que cuente con recursos ilimitados. Si no se es millonario o heredero, es importante buscar alternativas para que el dinero no sea un obstáculo. Lo importante es lograr que la empresa se vea y opere como una organización seria, profesional y bien organizada. Para esto existen muchas herramientas muy accesibles y hasta gratuitas. Estos recursos pueden representar apenas unos pesos de gasto y ayudar a facturar varios millones.
No es una conferencia, es un intercambio de ideas en medio de un ambiente ameno, por ello, además de los panelistas habrá una cata y degustación. El objetivo es generar una verdadera comunidad unida en intereses comunes e ideas propias.
Será el próximo jueves 9 de septiembre, a las 19:30 horas. Aquí consulta la invitación
Además, para que la noche de verdad sea amena, habrá una cata de Mezcales de Leyenda. Aprovecha
Habrá un cupo máximo de 50 personas, pero el evento se transmitirá vía Internet en vivo (streaming) para alcanzar al mayor número de gente interesada. Se difundirá desde semanas antes a través de redes sociales (twitter y Factbook) y de los espacios de los organizadores.
Inscríbete, que si asistes con nosotros habrá sorpresas, conocerás gente nueva y convivirás acompañado de una rica botana. Manda tus datos a barrioblogs@gmail.com
Necesitamos saber tu nombre, edad, delegación donde vives, y muy importante, correo y un teléfono celular o fijo para comunicarnos contigo.
Si no alcanzas lugar, estaremos transmitiendo en vivo por internet, gracias al apoyo de nuestros amigos de Región 4 TV.
martes, 24 de agosto de 2010
jueves, 19 de agosto de 2010
De intolerancia y cerrazón
Reza un proverbio indio: "Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio". Qué buen consejo, sobre todo en una semana tan "comentada" como ésta. Vea si no
Ante el fallo de la Suprema Corte que permite a parejas del mismo sexo adoptar
La apertura gubernamental
Y me quedo corta... Aquí les comparto las frases "para el bronce" de los gobernadores, durante los Diálogos para la Seguridad:
Declaracionitis I
Declaracionitis II
Ante el fallo de la Suprema Corte que permite a parejas del mismo sexo adoptar
- "¿A ustedes les gustaría que los adopten una pareja de maricones o lesbianas?", cardenal Juan Sandoval Íñiguez.
- "Las personas con preferencias sexuales diferentes les da por besarse y abrazarse en público, quizás por desafiar a la sociedad", ex ombudsman coahuilense, Luis Fernando García Rodríguez
- "Con (la prohibición de regalar las bolsas) nuestras autoridades hacen uso del recurso de castigar a los consumidores finales", así se expresó la Cámara Nacional del Comercio en Pequeño
La apertura gubernamental
- Sobre la supervía y las opciones que presentan vecinos y asociaciones para evitar la obra. "No está a discusión", secretario de Obras.
- Sobre el robo en PlayCity de Antara, el asalto en el Liceo Japonés y los secuestros exprés afuera de antros de zonas de alto poder adquisitivo. "No hay un crecimiento en la inseguridad", secretario de Seguridad Pública.
- Sobre carriles reversibles en Río San Joaquín. "El flujo vehicular en la zona de Polanco no representará problemas viales", secretario de Obras.
Y me quedo corta... Aquí les comparto las frases "para el bronce" de los gobernadores, durante los Diálogos para la Seguridad:
Declaracionitis I
Declaracionitis II
viernes, 13 de agosto de 2010
¿Qué hacemos con los perros?
Es tema recurrente hablar de lo peligroso que es la población de perros callejeros en la ciudad, por un montón de motivos, y también escuchar los defensores de los animales advirtiendo sobre qué malos somos con los perros.
La discusión siempre se vuelve caótica y dispersa. Esta última semana he visto cómo la televisión habla de la crisis de perros callejeros en el bosque de Chapultepec a raíz de que una mujer resultó mordida por uno de ellos. La historia es de hace un año.
También apareció esa campaña falsa que corrió por la colonia Condesa, donde vecinos amenazaban con dejar albóndigas con raticida en los parques para envenenar a los perros sin correa.
Hasta funcionarios de la Secretaría de Seguridad fueron entrevistados en radio dando teléfonos de atención si la gente ve perros que resulten peligrosos, o bien si tiene la percepción de perros maltratados. ¿De qué estamos hablando entonces, maltrato, seguridad, higiene?
Los perros son la única raza que ha evolucionado de la mano del hombre, es dócil y compañera constante de la raza humana, le sirve a diferentes propósitos, es maleable y fácil de educar. Pero es, antes que todo, un animal, un ser vivo que lo domina, como a todos, el instinto.
¿Qué esperamos de un perro? Depende quién.
Hay gente que lo que espera es que el perro camine por la acera de enfrente, que ni se acerque, y está dispuesta a hacer todo lo posible para ello, incluso agredir al animal.
Habemos otros que los tenemos de compañía, nos gusta que nos mueva la cola al llegar a casa, los paseamos y medio los educamos.
Y otros más los convierten en cohabitantes de sus hogares, los "humanizan" lo más que se pueda y dedican gran parte de su vida a vestirlos, entrenarlos y enseñarles modales humanos.
Como en toda sociedad, las expresiones que nos pueden parecer más raras tienen los mismos derechos que las nuestras. De nuevo, el término es tolerancia.
Yo soy la única en el edificio donde vivo que tiene perros. Tengo dos adoptados, que una asociación civil recogió de la calle, protegió, curó, operó y entregó en adopción. Procuro que no se topen con los vecinos, no ensucian áreas comunes, no agreden a ninguno y con cierta regularidad pregunto a mi vecino del departamento contiguo y al del piso de abajo si no hay queja alguna. A cambio tooodos en el edificio, me queda claro, toleran los ladridos.
¿Por qué adquirí perros? Me robaron, entraron a casa y después de eso no sentía que nada fuera suficiente para proteger no mi casa, sino a mi familia, cuando yo no estuviera. Y fue un acierto pero me costó muchísimo, pero muchísimo trabajo.
Primero, entrenar a un cachorro toma casi un año. En ese año acaban con alfombras, pisos, la paciencia de todos y dos o tres buenos pares de zapatos. Además los olores de casa cambian y las rutinas también. El perro llora cuando te vas, ladra muchísimo cuando llegas, comen, "descomen", hay que vacunarlos, pasearlos, ver quién se hace cargo de ellos en vacaciones y sumas a tu larga lista de preocupaciones una más, porque ¡diablos! te encariñas y te preocupas por ellos.
De hecho en casa adquirimos un segundo perro cuando el primero optó por no comer en nuestra ausencia, y se volvió imposible incluso ir al cine. Contamos, claro, con espacio al aire libre para hacer esto.
El perro, en casa, se vuelve parte de la familia, reconoce a todos, a las visitas recurrentes, a los vecinos, a la parentela extendida, a todos. Cuidan a los hijos, juegan con ellos. En fin.
Pero no todo es miel sobre hojuelas. Hay montones de casos donde la interacción no funciona y un año después, los dueños no saben qué hacer con el cachorro, en el mejor de los casos le buscan otro hogar o lo sueltan en la calle. Y ahí surge el gran problema: la proliferación de perros callejeros.
En el peor de los casos los maltratan. Y ahí hay unas historias que estremecen al de piel más dura. Golpeados, cortados, abusados, amarrados. Horribles casos que no tienen nombre.
¿Y qué pasa con los que quedan en calle? Por su naturaleza, los perros buscan a humanos que los adopten, y vemos entonces montones de indigentes y niños de la calle acompañados de perros que igual que sucede en el hogar, los acompañan y los protegen. Policías y vigilantes privados adoptan a varios y los perritos se acomodan en las esquinas al pie de sus "amos".
Pero los otros, los que van quedando solos, se acompañan entre ellos y viven, como pueden, el maltrato de terceros. Golpes, pedradas, atropellamientos. Estos perros se vuelven desconfiados, temen a los humanos y, si la raza lo permite, los agreden. Estos son definidos por la ley, como animales ferales.
Además, poco a poco se convierte en un verdadero foco de infección, y eso genera otro problema más, de salud pública.
Es un círculo vicioso. Esos perros que son una verdadera arma mortal en la calle son producto de un maltrato del ser humano. Y la solución es perseguirlos y encerrarlos. Tal como hacemos con los jóvenes delincuentes.
Hay, en el DF, una Ley de Protección a los Animales que establece el derecho de estos a una vida digna. Según esta ley el gobierno, a través de las delegaciones, está obligado a promover programas de respeto a los animales y de reglas claras de convivencia (recoger heces, pasear a los perros con correa, etc...). Deberían existir también consejos ciudadanos que se encargen de vigilar que esto suceda.
Nosotros podemos denunciar a quien maltrata a los animales, pero sucede lo mismo que con nuestro poder de denuncia ante la violencia familiar, tememos acusar al vecino o al amigo por las probables represalias.
¿Y qué pasa con los perros que se recogen? No hay albergue que alcance. Los programas de adopción son pocos y la gente que decide adoptar, en lugar de comprar, aún menos.
Falta mucho, mucho, para establecer una relación respetuosa entre animales y humanos. El primer paso es tomar conciencia. Lo invito a hacerlo, usted ¿cómo trata a los animales?
Dicen que quien trata bien a los animales es, en escencia, un buen ser humano. Quien maltrata a los perros es, entonces, una persona violenta y peligrosa. Lo creo firmemente.
La discusión siempre se vuelve caótica y dispersa. Esta última semana he visto cómo la televisión habla de la crisis de perros callejeros en el bosque de Chapultepec a raíz de que una mujer resultó mordida por uno de ellos. La historia es de hace un año.
También apareció esa campaña falsa que corrió por la colonia Condesa, donde vecinos amenazaban con dejar albóndigas con raticida en los parques para envenenar a los perros sin correa.
Hasta funcionarios de la Secretaría de Seguridad fueron entrevistados en radio dando teléfonos de atención si la gente ve perros que resulten peligrosos, o bien si tiene la percepción de perros maltratados. ¿De qué estamos hablando entonces, maltrato, seguridad, higiene?
Los perros son la única raza que ha evolucionado de la mano del hombre, es dócil y compañera constante de la raza humana, le sirve a diferentes propósitos, es maleable y fácil de educar. Pero es, antes que todo, un animal, un ser vivo que lo domina, como a todos, el instinto.
¿Qué esperamos de un perro? Depende quién.
Hay gente que lo que espera es que el perro camine por la acera de enfrente, que ni se acerque, y está dispuesta a hacer todo lo posible para ello, incluso agredir al animal.
Habemos otros que los tenemos de compañía, nos gusta que nos mueva la cola al llegar a casa, los paseamos y medio los educamos.
Y otros más los convierten en cohabitantes de sus hogares, los "humanizan" lo más que se pueda y dedican gran parte de su vida a vestirlos, entrenarlos y enseñarles modales humanos.
Como en toda sociedad, las expresiones que nos pueden parecer más raras tienen los mismos derechos que las nuestras. De nuevo, el término es tolerancia.
Yo soy la única en el edificio donde vivo que tiene perros. Tengo dos adoptados, que una asociación civil recogió de la calle, protegió, curó, operó y entregó en adopción. Procuro que no se topen con los vecinos, no ensucian áreas comunes, no agreden a ninguno y con cierta regularidad pregunto a mi vecino del departamento contiguo y al del piso de abajo si no hay queja alguna. A cambio tooodos en el edificio, me queda claro, toleran los ladridos.
¿Por qué adquirí perros? Me robaron, entraron a casa y después de eso no sentía que nada fuera suficiente para proteger no mi casa, sino a mi familia, cuando yo no estuviera. Y fue un acierto pero me costó muchísimo, pero muchísimo trabajo.
Primero, entrenar a un cachorro toma casi un año. En ese año acaban con alfombras, pisos, la paciencia de todos y dos o tres buenos pares de zapatos. Además los olores de casa cambian y las rutinas también. El perro llora cuando te vas, ladra muchísimo cuando llegas, comen, "descomen", hay que vacunarlos, pasearlos, ver quién se hace cargo de ellos en vacaciones y sumas a tu larga lista de preocupaciones una más, porque ¡diablos! te encariñas y te preocupas por ellos.
De hecho en casa adquirimos un segundo perro cuando el primero optó por no comer en nuestra ausencia, y se volvió imposible incluso ir al cine. Contamos, claro, con espacio al aire libre para hacer esto.
El perro, en casa, se vuelve parte de la familia, reconoce a todos, a las visitas recurrentes, a los vecinos, a la parentela extendida, a todos. Cuidan a los hijos, juegan con ellos. En fin.
Pero no todo es miel sobre hojuelas. Hay montones de casos donde la interacción no funciona y un año después, los dueños no saben qué hacer con el cachorro, en el mejor de los casos le buscan otro hogar o lo sueltan en la calle. Y ahí surge el gran problema: la proliferación de perros callejeros.
En el peor de los casos los maltratan. Y ahí hay unas historias que estremecen al de piel más dura. Golpeados, cortados, abusados, amarrados. Horribles casos que no tienen nombre.
¿Y qué pasa con los que quedan en calle? Por su naturaleza, los perros buscan a humanos que los adopten, y vemos entonces montones de indigentes y niños de la calle acompañados de perros que igual que sucede en el hogar, los acompañan y los protegen. Policías y vigilantes privados adoptan a varios y los perritos se acomodan en las esquinas al pie de sus "amos".
Pero los otros, los que van quedando solos, se acompañan entre ellos y viven, como pueden, el maltrato de terceros. Golpes, pedradas, atropellamientos. Estos perros se vuelven desconfiados, temen a los humanos y, si la raza lo permite, los agreden. Estos son definidos por la ley, como animales ferales.
Además, poco a poco se convierte en un verdadero foco de infección, y eso genera otro problema más, de salud pública.
Es un círculo vicioso. Esos perros que son una verdadera arma mortal en la calle son producto de un maltrato del ser humano. Y la solución es perseguirlos y encerrarlos. Tal como hacemos con los jóvenes delincuentes.
Hay, en el DF, una Ley de Protección a los Animales que establece el derecho de estos a una vida digna. Según esta ley el gobierno, a través de las delegaciones, está obligado a promover programas de respeto a los animales y de reglas claras de convivencia (recoger heces, pasear a los perros con correa, etc...). Deberían existir también consejos ciudadanos que se encargen de vigilar que esto suceda.
Nosotros podemos denunciar a quien maltrata a los animales, pero sucede lo mismo que con nuestro poder de denuncia ante la violencia familiar, tememos acusar al vecino o al amigo por las probables represalias.
¿Y qué pasa con los perros que se recogen? No hay albergue que alcance. Los programas de adopción son pocos y la gente que decide adoptar, en lugar de comprar, aún menos.
Falta mucho, mucho, para establecer una relación respetuosa entre animales y humanos. El primer paso es tomar conciencia. Lo invito a hacerlo, usted ¿cómo trata a los animales?
Dicen que quien trata bien a los animales es, en escencia, un buen ser humano. Quien maltrata a los perros es, entonces, una persona violenta y peligrosa. Lo creo firmemente.
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