jueves, 4 de agosto de 2011

Ya tengo tarjeta de circulación

Acudí a mi segundo intento.

Me citaron a las 12 del día que me partió toda mi jornada laboral pero uno le tiene tanto miedo a los trámites que preferí acudir.

Ahi voy, con todo un expediente:
Ficha de pago de la reposición de tarjeta y copia
Factura original del auto y copia
Comprobante de domicilio y copia
Tarjeta de circulación vencida y copia
Identificación oficial y copia
Pago de tenencia 2011 y copia
Hoja de cita programada y copia

Aclaro que iba a reponer la tarjeta con chip, que sólo tiene tres años de vigencia pero se supone que es la neta del planeta. Luego entonces me pareció estúpido tener que volver a comprobar que el auto es mío, pero en fin.

La policía no tenía ni maldita idea que hacer conmigo, la gente amontonada afuera, finalmente un señor me dijo que me pasara y bien obediente, pasé.

Me volví a formar en la ventanilla 6, la señora que atiende no sonríe ni en defensa propia pero es cortés y eficiente. Me pidió mi cita y me revisó papeles:
- Pero no trae el pago de tenencia de los últimos cinco años, ni la carta del Registro Vehicular
- Pues sin problema los traería si me los hubiera pedido, pero si traigo la tenencia 2011 es que ya pagué las otras, y el registro para qué si tengo tarjeta con chip
- Bueno, ahorita veo qué hago

Zaz, seguro me rechazan.

A esperar.

De repente se escucha en la puerta "¡A la cola! ¡A la cola!" La gente furiosa, casi hay portazo. Las empleadas pedían que se cerrara la puerta. El encargado salió a dar la cara. Todo se calmó.

Me vuelven a hablar. Ahora me dan una hoja para llenar. Tengo que apuntar el folio de la factura, la línea de captura de la ficha de pago, el folio de mi credencial de elector, en fin... un desperdicio.

Una señora me cuenta que está ahi desde 8.30 am. Ya son las 13.30 horas. Me da pavor, pienso que no podré regresar a la oficina, luego que no podré ir por mi hija a las 6 de la tarde, y me entra una sensación de secuestro.

Atrás de una ventana una señorita hundida en montañas de papeles, apunta, a mano, cada tarjeta de circulación que van a entregar. Reciben a 600 personas diarias, en dos turnos, imagine usted, vaya ejemplo de modernidad.

Me llaman. Ya está mi tarjeta. Son las 2.30 de la tarde. Ahora tengo que ir a sacarle copia por delante y por detrás y volverla a entregar.

Qué trámite tan absurdo, todo, desde su concepción hasta el procedimiento.

Pero por algún motivo mi nueva tarjeta de circulación me sabe mejor que si México hubiera ganado el Mundial de Futbol.

martes, 2 de agosto de 2011

Pues ni con cita

Procedí como nos instruyeron. Saqué cita para renovar mi tarjeta de circulación.

Pagué primero en el banco, me registré en internet y después de intentar 22 citas distintas en diferentes módulos a diferentes horarios, logré cita para hoy, horario matutino, en la delegación Benito Juárez -15 días después de realizado mi pago-.

Es una cita a medias, es "llegue temprano y atenderemos a usted y a todos los que les toque temprano conforme podamos". Entonces llegué una hora antes, a las 7.30 am. Ya era la décima en la fila.

Esperamos, de pie, a las 8.30 am, 8.35, 8.40 y finalmente sale el encargado de la oficina: "Setravi nos lo hizo de nuevo" gritó, y claro, todos volteamos a poner atención.

"No hay sistema, sigue fallando el sistema de Setravi y no podemos hacer nada. Pero nos pasó lo mismo ayer y no podemos seguir acumulando citas porque diario atendemos a 300 personas y no nos vamos a dar abasto. Entonces, les diré lo que podemos hacer, pasarán a ventanilla, les revisarán sus papeles, les recogerán las copias, y les dirán a qué hora pasen mañana por su tarjeta de circulación. Es lo único que podemos hacer".

Se fue. Un señor, enojado, claro, como estábamos todos, preguntó unas dudas. "Ya lo dije señor, -también él estaba enojado, y también con justa razón- no escuchó? Si va a alterar el orden no lo atendemos".

Todos callamos, quedó esa horrible frustración de que el sujeto sí estaba poniendo de su parte, que no se podía ni discutir con él y que no teníamos de otra.

-"Pues ya qué nos queda", dice la señora detrás de mi.

-"Sólo que no llueva", contesta otro señor, más resignado que de buenas.

Afortundamente no llovió, pasamos a los 10 minutos, nos sentaron (cosa que todos agradecimos), y nos llamaron a ventanillas, revisaron documentos, nos citaron mañana entre 12 del día y 2 de la tarde -a ver cómo se parte uno a mitad del día para llegar ahi- para darnos nuestra credencial.

Probabilidad de éxito de la operación: calculo 50%, porque podría no haber sistema mañana ¿no?