Ni siquiera entraré a discutir el fenómeno del niño, el calentamiento global, la alteración del ambiente. Esas son cosas de la naturaleza que me rebasan porque no las entiendo, porque no las busqué y porque seguro alguien me pasará factura en su momento.
Es la fragilidad de esta ciudad lo que me alarma.
Sí llovió fuerte. Sí, somos unos sucios y las alcantarillas estaban tapadas, pero no es posible que ante una lluvia constante tengamos tantos desastres, y ahora nos tendremos que tragar una semana de explicaciones y acusaciones de qué pasó.
Hoy por la mañana escuché en un noticiero al secretario de Protección Civil, Elías Moreno Brizuela, dicendo que afortunadamente en el DF no hubo muertos. No, fueron dos cuadras más para allá, en el estado de México.
En qué cabeza cabe suponer que esto no es una tragedia conjunta. Pero eso deriva en que no sea considerado un problema común que necesita una atención metropolitana.
Varias veces he hablado de la necesidad de un gobierno metropolitano. Pues va de nuez. NECESITAMOS un gobierno metropolitano, no podemos tener una tragedia de esta magnitud y suponer que el DF y Edomex se enfrentan a dos cosas distintas.
O peor, que se debe atender por separado Gustavo A. Madero, Tultitlán y Ecatepec.
La tragedia verdadera no fue la lluvia del viernes, es la visión tan egoísta de nuestras autoridades.
El sistema de drenaje es viejo, las tuberías están tapadas, las bombas de desagüe no sirven. Sí, ya lo sabemos. Lo que no sabemos es qué se hace al respecto.
Prefiero una buena tubería que un festival de globos aerostáticos como el que habrá el domingo en el Zócalo. Pero ojo, una buena tubería de aquí a Toluca, no de aquí a los límites con Edomex y de ahí que nada sirva. Porque recordará usted Valle Dorado.
Van dos en seis meses, ¿y se hizo algo?
Por favor, en cuanto escuche a un funcionario, el que sea, asegurando que esto debe ser un trabajo conjunto Edomex-DF-Gobierno federal, avíseme que le quiero mandar ¡un pastel de lodo!
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