Aquí su respuesta:
Has puesto en palabras brevemente lo que la experiencia nos grita y hay quien no soliamos creer:
ser ilegal será más caro, pero más rápido y efectivo.
aunque pensándolo bien, es un tanto impreciso:ser ilegal es más barato que ser legal, y en efecto, más rápido
si no, preguntémosles a los que se cuelgan de la luz, comercian en la vía pública, invaden predios, arrebatan edificios y viviendas, dan mordidas, compran títulos profesionales, estacionan sobre la banqueta, defraudan con falsos documentos, trucan cuentas de ingresos e impuestos, no pagan salarios reglamentarios, etc. etc. Si tomas en cuenta tu inversión en tiempo para encontrar solución y el costo del riesgo, te estás saliendo barato.
Saludos grandes
LUCÍA
Tiene razón.
SEGUNDO INTENTO
Déjeme le cuento el final. Hablé a CFE, finalmente es una empresa moderna y digna. Debo decir que son amabilísimos.
Llamada número 1:
Toman el reporte, y me informan que no lo pueden pasar porque tengo un adeudo.
Amablemente me dictan mi línea de captura para ir a pagar.
Alego que el adeudo nada tiene que ver con que dañen banqueta que es espacio público, la señorita coincide y jura que pasará el reporte
Llamada número 2:
Ya pagué mi adeudo, ahora me recuerdan que tengo otro pero que finalmente aún tengo 15 días antes de que se venza (el recibo ni ha llegado a casa)
Luego me explican que mi reporte no existe.
La señorita consulta con su supervisor y concluyen: es que no hay en la computadora un apartado para un reporte como el que nos pide (tapa de registro quebrada sobre banqueta), entonces no se puede capturar, pero lo tomo a mano y se lo paso al supervisor del siguiente turno...
Uno que es agudo y le da por leer entre líneas concluye: no van a hacer nada. En resumen, pues, trabajadores de luz pueden ir a reparar y accidentalmente (o no) romper la vía peatonal y ese fallo cae en el limbo, no corresponde a nadie, nadie asume la culpa, luego entonces, nadie repara.
EPÍLOGO
Ya pagué, mi conserje que es hábil construyó una nueva tapa de registro y me costó finalmente 1,300 pesos, el cambio de la tapa la hicieron entre cuatro personas -porque es vil concreto y pesa muchísimo- y a plena luz del día. Los trozos de concreto yacen junto como recuerdo, y no hay cómo deshacerse de él, pesa mucho, el recolector de basura no se lo lleva, el barrendero no se lo lleva, y nadie dice esta boca es mía.
Yo ya puedo entrar a casa sin temor a pinchar las llantas del auto.
P.D. No se pierda el siguiente capítulo de esta interesante zaga: el medidor de agua
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