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martes, 10 de noviembre de 2009

Cuatro escenas para volverse histérico


Vivir en la ciudad requiere de cierta dosis de histeria que se adereza todos los días con los semáforos descompuestos, policías de crucero, microbuseros feroces y tarugos tras el volante.


Pero hay situaciones que ya son intolerables. Cada vez es más fácil desquiciar el tráfico. Esta ciudad ya no da para más autos y ninguna medida de las que se han tomado parece ser la solución.


Trayecto: Alameda-Aeropuerto

Tiempo promedio de recorrido en situación normal: 20 minutos

Hace 20 días.

Viernes

Lluvia torrencial que inundó el norte de la ciudad. Ya se había desasolvado, ya había habido inundaciones, pero ¿se previó algo? No. Un amigo debía salir en vuelo nocturno a Sudamérica. Nos despedimos a las 16 horas en la Alameda. Llegó dos horas después.


Trayecto: Reforma y Juárez a Sanborn's de Palmas

Tiempo promedio de recorrido en situación normal: 30 minutos

Hace 6 días

Miércoles

Nada extraordinario y todo a la vez: turibus, exhibición fotográfica en Reforma, obras en Palmas, 6 de la tarde, "paradas" ilegales de micros afuera del Auditorio Nacional, todo se conjugó para que el trayecto fuera de una hora


Trayecto Bucareli-Coyoacán

Tiempo promedio de recorrido en situación normal: 45 minutos

Hace 4 días

Viernes

Tenía la intención de ir a la obra musical que se estrenaría en el teatro que está en División del Norte, pasando Churubusco. Era cosa de manejar todo Cuauhtémoc. Pero ese día una pipa volcó a la salida a Cuernavaca, hasta el otro lado de la ciudad, y trastornó el paso por seis horas. Suficiente para que llegar al teatro me tomara una hora y 45 minutos. No alcancé la obra.


Trayecto: el que quiera

Tiempo promedio: súmele 10 minutos al número que está pensando

Mañana

Miércoles

Los sindicalizados de Luz y Fuerza del Centro declararon ya que su forma de hacer escuchar su voz será trastornar la ciudad de México durante 12 horas. Empezarán a las 7 de la mañana, para mediodía habrá como cinco marchas simultáneas.


No es justo





miércoles, 30 de septiembre de 2009

Fobia a los conos naranja


En esta ciudad llena de obras viales por todos lados, uno empieza a desarrollar diversas fobias. Una, seguramente, es la fobia al semáforo que no funciona. Es peor que ponerlo en amarillo, es un aviso contundente de que viene una vialidad cerrada total o parcialmente y en la siguiente esquina un tráfico de muerte.


Otra es la fobia a los microbuseros que sacan su pequeña manita del vidrio que tienen a su izquierda. Malo, se van a meter porque adelante, seguramente, hay una desviación y los choferes están "agandallando" el paso.


Pero la peor es la fobia a los conos naranjas del tamaño de un tambo de basura que hay por todas partes... A mí ya me ponen los nervios de punta.


Ya sé todo... los policías los recogen en la sede donde están, se guardan como seis en la cajuela de una patrulla que irá abierta, porque claro que no cierra, hasta colocarlos en el crucero de preferencia.


Una vez ahí tienen varios usos:


a. cerrar la calle

b. cerrar un carril

c. desviar el tráfico

d. limitar el acceso

e. bloquear el paso

f. MOLESTAR


Ayer, circulando por Eje Central los conos estaban colocados en cruce siguiente al Eje 8 Sur, cerrado por obras, de esta manera: Uno entre el carril 1 y 2, otro entre el carril 2 y 3 y otro entre el carril 4 y 5....


He consultado mi horóscopo, el oráculo, a los filósofos griegos, los sociólogos españoles y los policías de crucero y nadie sabe decir a qué corresponde semejante distribución excepto en ver quién, distraído, frena de repente y causa un accidente.


¿Me puede usted ayudar? ¿Cuál es su teoría?




martes, 1 de septiembre de 2009

El sistema de semáforos

Ya frío el ánimo y la cabeza en su lugar, reflexiono sobre la mañana de ayer, tardía lluvia que nos pegó desde la madrugada y nos siguió como hasta las 10, cuando menos sus efectos.

Dejo al aire la incontestable pregunta ¿por qué si llueve aquí 5 meses al año, si siempre salen los mismos autos a la calle, cuando ambas cosas se suman todo es un caos?

Pero no sólo es cuestión de la mala relación entre el Dios de la Lluvia y el Dios (expulsado de los cielos) del Tráfico. Ayer influyó mucho un sistema de semáforos que falla con cualquier pretexto, una mala distribución de policías en cruceros estratégicos y claro, una malísima educación vial basada en el agandalle cuyo lema es "yo primero".

Llovió mucho pero no fue una tormenta devastadora, es decir, no había pretexto para que fallara la energía eléctrica y por tanto los semáforos. Vemos montones de decisiones encaminadas a mejorar el tránsito pero nadie ha analizado a fondo si tenemos el sistema computarizado de semáforos que la ciudad requiere.

Seguimos viendo policías que controlan cruceros a discreción durante las horas "pico", que deciden, por educación básica de Pláza Sésamo, darte el paso una luz verde sí, una no... o peor, aquellos que se sienten tecnológicos y entran a la "caja de fusibles" y manejan la operación a como calculan que funcionará.

Un crucero no es un área controlada, es el punto que repercutirá cuadras y cuadras hacia todos lados. Entre peor el manejo del flujo vehicular, peor el tráfico uno,dos o 10 kilómetros a la redonda.

¿Cómo es nuestro sistema de semáforos? ¿Permite alterar el tiempo de "altos" en horas pico o todo el día es igual? ¿Se maneja igual en jueves 8 am que en domingo a mediodía?

O viendo el análisis psicológico de la situación, qué prefiere usted ¿seguir la indicación de un semáforo o mentarle a claxonazos la familia al policía de crucero?

P.D. Por favor... el amarillo es para detenerse y abrir la vialidad perpendicular al paso de vehículos, no es para pasarse y bloquear a todos...

lunes, 17 de agosto de 2009

Los accidentes y la educación ¿van ligados?

Ayer chocó otra vez el metrobús. Van 32 accidentes, y la inmensa mayoría, 27 si no mal recuerdo, han sido en la línea 2 que corre de Tepalcates a Tacubaya. ¿Por qué?

Mi amigo Eugenio afirma que es cuestión de educación, que va ligado con el nivel educativo de los conductores que circulan por una u otra ruta. El asegura, sin mayor dato que el instinto, que por Insurgentes transita gente con mayor nivel educativo (no más educados, eh?, con más escuela) y eso les permite, por lo tanto, mayor conciencia cívica, luego entonces, mayor cultura vial.

Y por el contrario, por la ruta 2 circula gente más recia al volante, de esos que se cruzan porque sí y que quieren ganar el paso porque sí, y por eso se le ponen enfrente al Metrobus y, claro, chocan.

Yo circulaba ayer por Cuauhtémoc, 2.30 de la tarde, un poco atrasada para recoger a mi pequeña en la escuela. Usted habrá pasado por el cruce de Eje 6 Sur que por azares de los reguladores de tránsito (magníficos hombres que de tránsito, creo yo, saben muy poco) se congestiona, entonces a la luz verde avancé dos autos y nada más, me quedé a la mitad de un cruce de avenida sin deberla ni temerla, porque un señor decidió, autos adelante, que debía dar vuelta a la derecha desde el carril de la izquierda y atoró todo.

Pues estoy ahí, enmedio de la calle, maldiciendo mi suerte, esperando que alguien se mueva para maniobrar y quitarme de ahí, cuando los que cruzan se me vienen encima a claxonazos.

Cuando volteo, enojada, claro, porque yo no tenía la culpa, veo a mis agresores, y es una pareja de ancianos en un auto mediano como Honda y una señora en una camioneta Chevrolet bastante nueva. Sus caras eran de asesino serial y de verdad querían matarme.

Reaccioné por instinto y mi rostro se transformó como el de los monitos de las caricaturas que van anotándose atropellados a un costado del auto con un sello, y vociferé y contesté igual de fuerte y estrepitoso.

En cuanto pude me moví y el estómago se me descompuso.

Puedo asegurar que todos ahí teníamos al menos nivel profesional de estudio y que todos éramos clase media. Y todos nos convertimos en monstruos durante intensísimos 40 segundos: Dr Jekyll y Mr Hyde.

Creo que necesito volver a platicar con Eugenio.