Hoy amanecemos con la noticia de que nos quitarán 30% más del agua que llega a casa todos los días.
El dato es aterrador.
Pero no nuevo.... la falta de agua en la ciudad de México no ha hecho sino empeorar. Nosotros conocemos, los que llevamos años viviendo aquí, que el Cutzamala surte sólo a una parte de la zona conurbada, y no al 100%, que no son suficientes las fuentes de abastecimiento y que con el paso de los años, la urbanización de la ciudad, planeada o no, ha ido bloqueando la alimentación natural de los mantos freáticos.
Imagino amanecer en Santa Fe y ver en el periódico: "Reducción de 30% del caudal a partir de hoy", doblarlo y exclamar ¡Ja!. Claro, ellos nunca han tenido agua. Gran parte de Santa Fe e Interlomas se surte por pipas que inyectan agua al caudal y luego, claro, pasan por el medidor, entonces pagan además de las pipas, el servicio inexistente.
Imagino a vecinos de Iztapalapa en la misma circunstancia, más acostumbrados a administrarse por tandeo que al agua potable.
Pero también a millones de capitalinos más acostumbrados a tener agua al momento que decidan, sin recordar que lo que tienen es una cisterna del tamaño de su edificio, en el subsuelo, que les permite almacenar el líquido para nunca preocuparse.
Si la afectación es dispareja, la preocupación también. No hay una conciencia real del problema porque no hay un mismo problema para todos. Unos padecen, otros pagan, otros se acostumbran a almacenar, pero no todos amanecen pensando: no voy a tener con qué bañarme o cocinar, o beber.
Falta enfocar el problema hacia la gente, no llenarnos de mensajes alarmistas que sólo nos impulsan a desear que llueva, porque ni eso sirve. La mayoría del agua de lluvia se desperdicia porque toda la ciudad pavimentada y repavimentada no abosrbe nada, porque llenamos las calles de basura o porque todo esta diseñado para que termine en los canales de aguas negras.
El problema es real y todos tenemos que asumir parte de culpa y parte de la solución. Pero hoy, que me levanté, me bañé, lavé mi ropa y limpié mi casa, no encontré nada qué hacer fuera de cerrar la llave, evitar goteras, cambiar regaderas y sanitarios.
El problema es real y todos tenemos que asumir parte de culpa y parte de la solución. Pero hoy, que me levanté, me bañé, lavé mi ropa y limpié mi casa, no encontré nada qué hacer fuera de cerrar la llave, evitar goteras, cambiar regaderas y sanitarios.
¿Es todo? ¿Y una educación a largo plazo? ¿Y una concientización clara? Es mucho tomar medidas en el asunto, la pregunta es qué porcentaje de la población está claro que tiene que hacer estos cambios y cuál simplemente no está dispuesta, porque no.
Falta, el mensaje es incompleto, la reacción será igual. ¿No cree?
No hay comentarios:
Publicar un comentario